Autorretrato
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Ella es como luce el amor
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Los laureles también nadan
Nadar es mi salvavidas. Desde muy pequeña entendí el poder transformador que esconde el agua que corre por los ríos, las playas, las cascadas. ¿Será solo un capricho que aprendió una niña negra nadando contra las corrientes del río? ¿Qué respondería la Laura de 21 años, deseosa de tragarse el mar la Playa del Morro de una sola brazada? Muy rápido aprendí que nadar es para mí como las espesas raíces que salen en los manglares: natural. Bracear, patear y respirar. Estar atenta a los obstáculos que traen las inesperadas aguas abiertas. Luego ¿no es así vivir?